Tras analizar los motivos por los que el activismo es uno de los pilares más importantes en cualquier campaña electoral, en esta segunda parte de este análisis quiero centrarme en el activismo más tradicional, el que surge de manera intrínseca con las campañas electorales y el cuál, con el paso de los años, no ha perdido su esencia original: el activismo presencial.

Este activismo es el que se ha hecho siempre, tanto en las diferentes acciones a pie de calle o puerta a puerta que se organizan desde la dirección de los partidos, como aquel activismo ‘esporádico’ que surge en las esferas privadas y en los entornos más cercanos.

Si hay un objetivo dentro de cualquier estrategia política es el de alcanzar el mayor número de esferas privadas para multiplicar la difusión de nuestros mensajes y llegar al máximo de personas posibles. Y es que las personas voluntarias-activistas son los altavoces de nuestro mensaje y son ellas las responsables de que nuestra idea tenga la máxima audiencia entre los ciudadanos.

Pero para poder ejecutar de manera exitosa una estrategia de activismo electoral, necesitamos formar a nuestro equipo y dotarlo de las herramientas necesarias para que las personas voluntarias-activistas hagan y digan lo que la estrategia marca en cada momento.

Es, en este punto, donde se visualiza la importancia que tiene el argumentario, que no es otra cosa que una guía que unifica qué comunicar (valores y programa) y cómo hacerlo. Y es que esta herramienta nos permite que los mensajes lleguen con la mayor coherencia posible para que tengan un mayor impacto y generen una mayor credibilidad entre la ciudadanía. Tener un argumentario definido y compartido por todos los agentes territoriales es imprescindible para crear una comunicación en bloque de manera eficiente. 

El primer paso será configurar un argumentario ideológico, donde abordaremos temas transversales (igualdad, educación…) en el que definiremos de manera precisa nuestro posicionamiento. 

Por otro lado, configuraremos un argumentario de actualidad, donde comentaremos algunos de los temas actuales más importantes para el conjunto de la población. 

Campaña presencial

Uno de los puntos vertebradores de cualquier campaña electoral tiene que ser la conocida como campaña de calle. Tal y como señaló Xavier Peytibi en su ponencia en el Congreso de ACOP, ‘ alrededor de un 8% y un 10% de los votos, según diferentes estudios académicos, que varían con el contexto son efecto directo de las acciones conocidas como puerta a puerta, es decir, aquellas en las que el candidato o candidata interactúa con los vecinos de una manera completamente directa. Estas acciones adquieren una mayor efectividad cuanto se realizan más cerca del día de las elecciones, al igual que todas las acciones de proximidad.’

Peytibi, también destacaba que en estas acciones, al igual que en el conjunto de la campaña electoral, ‘el principal objetivo de las acciones que realicemos no es el de ganar más votos, si no es el de buscar y construir relaciones de valor’ que nos permitan aumentar la expansión de nuestros mensajes y que nuestro ‘tronco’ (estrategia) enraíce en el mayor número de esferas privadas posibles.

Antes de planificar cualquier estrategia de retail politics o de acciones a pie de calle donde los voluntarios-activistas tengan un papel importante, es imprescindible saber con cuántas personas contamos y qué perfil tienen estas personas.

Para esto, es fundamental que previamente hayamos enviado una encuesta que todas las personas que quieren formar parte del equipo han tenido que rellenar previamente.

Esta información deberá ser analizada y organizada por parte de los responsables de los voluntarios-activistas para, posteriormente, distribuirlos en grupos, fundamentalmente, tanto a nivel territorial como a nivel sectorial.

Previamente a la realización de esta división por grupos, conviene tener en cuenta que la coherencia es una de las características más importantes en política y que, por tanto, hemos de confeccionar estos grupos de manera coherente.

Por poner un ejemplo, si Alberto vive en el Barrio del Pilar, es habitual usuario de las instalaciones deportivas municipales y es miembro del club de lectura del municipio, lo lógico es que Alberto sea uno de los miembros del equipo de activistas que visite el Barrio del Pilar y las instalaciones deportivas municipales junto al candidato o candidata, así como el que acompañe al o la cabeza de cartel a la reunión sectorial, si la hubiese, con el club de lectura.

Además de todos estos puntos que son importantes para la organización de los equipos de voluntarios-activistas, es fundamental conocer la disponibilidad y el grado de implicación que estas personas quieren tener en la campaña ya que, en muchos casos, este será el principal condicionante a la hora de poder participar en las acciones programadas, fundamentalmente en aquellas que sean entre semana.

Pero, ¿qué labores pueden realizar los voluntarios-activistas en una acción presencial?

Preparación previa de la acción con la elaboración de una ficha que ayude al candidato sobre qué se va a encontrar y los temas de conversación más importantes

Contacto directo con las asociaciones, clubes, comercios, etc que se quieran visitar. 

Acompañamiento del candidato y presentarles a las personas que conoce del barrio/asociación/club, etc

Reparto de material informativo y conversación con la ciudadanía

Ayuda para el montaje del stand y el transporte de los materiales 

Realización de fotografías y/o vídeos para su posterior difusión en redes sociales

Tomar nota de las principales propuestas que la ciudadanía le comenta al candidato

Aunque en la mayoría de las ocasiones esta información está de más decir, todas las personas que participen en estas acciones tienen que ser conscientes en todo momento que ellos forman parte de la candidatura y que cualquier comportamiento inapropiado dañará la imagen de la misma.

En este tipo de acciones es habitual que se creen conatos de tensión por los que los voluntarios-activistas deben de ser capaces de mantener la calma y no entrar en discusiones banales y/o subidas de tono.